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Restauración y Rehabilitación

La rehabilitación y restauración de aquello que simplificadamente llamamos antiguo Monasterio de San Miguel de los Reyes pretendía desde el principio conjugar un doble objetivo: en primer lugar, el rescate para la memoria de los valencianos de uno de los episodios más brillantes y cultos de su historia; y en segundo lugar, la recuperación física de un patrimonio de altísimo valor arquitectónico para su disfrute social, destinándolo a un uso cultural que se vinculara directa o indirectamente con el origen y trayectoria del propio edificio.

Como principios arquitectónicos rectores de la restauración quedaron fijados la voluntad de respetar, clarificar y poner en valor el magma histórico existente, lo que conducía a restaurar con toda su dignidad las dependencias del claustro sur, la decisión de mostrar como inacabada la ampliación del siglo XVIII pero vinculándola con la obra de los jerónimos, la decisión de integrar y exponer los restos arquitectónicos del monasterio cisterciense, y también la de dejar constancia de la utilización carcelaria mediante el mantenimiento de los volúmenes aparentes de los cuerpos norte y oeste del patio norte, así como una parte del ingreso con torres a la explanada delantera, haciendo desaparecer el resto de edificaciones auxiliares y la valla peripresidial en beneficio de una mejor relación del conjunto con la ciudad.

  

La explanada delantera conservaría parte del arbolado desarrollado en los últimos cien años y con una escueta expresión formal, acorde con la arquitectura jerónima, sería tratado como un inmenso patio-atrio. A su vez, la rehabilitación planteó el uso más público para el claustro sur, por su mayor valor arquitectónico; la ampliación del siglo XVIII para las áreas semirestringidas de trabajo técnico bibliotecario; y las zonas de depósitos en las estructuras carcelarias de nueva planta, construidas en el patio norte, y que fue objeto de una rehabilitación más contundente.

Por último, debe hacerse mención al hecho de que una de las preocupaciones de la puesta en valor del conjunto monumental ha sido el adecuado conocimiento y disfrute de este bien cultural por el colectivo social. Por ello, se pensó en la reserva de un espacio expositivo que contendría la historia del complejo monumental mediante un audiovisual, cuatro maquetas representativas de la evolución del edificio y un módulo expositivo que narrara la historia del conjunto. Complementariamente, se ha realizado una señalización "cultural" que, coordinada con la necesaria señalización "funcional", se convierte en el mejor itinerario expositivo del monumento.