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Presidio
Las medidas desamortizadoras de 1835 supusieron la disolución definitiva de la comunidad jerónima de San Miguel de los Reyes. Todas sus propiedades, incluyendo el monasterio, pasaron a ser propiedad del Estado.
A partir de esta fecha el edificio permaneció en un estado de casi abandono y sin un uso definido. En 1843 fue vendido a un particular que tenía la intención de demolerlo. Aunque se propusieron varios usos ninguno de ellos prosperó hasta 1857en que se habilitó como Asilo de Mendicidad.
Fachada del Presidio de San Miguel de los Reyes a principios del siglo XX
"Sirve de madriguera a una porcion de familias que se dicen de militares retirados sin mas objeto ni ocupacion que explotar la riqueza del edificio arrancando puertas, ladrillos, yerros y todo aquello que no resista a su fuerza natural"
Informe sobre San Miguel de los Reyes emitido por la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos en 1845.
Galería y torre penitenciaria en el patio norte
En 1874 el Estado decidió acondicionar San Miguel de los Reyes como Presidio Nacional, encargando el proyecto de adecuación al arquitecto Tomás Aranguren. El proyecto inicial, no llevado a cabo en su totalidad, contemplaba la destrucción de una gran parte del conjunto monumental, respetando únicamente la iglesia.
Galería penitenciaria en el patio norte
El proyecto final consistió en la construcción de dos galerías penitenciarias de nueva planta en el patio norte, donde además se derribaron las últimas edificaciones que quedaban en pie del antiguo claustro de Sant Bernat de Rascanya. Otra galería penitenciaria se instaló en el ala oeste del claustro sur, lo que supuso la desaparición de la Capilla de los Reyes y de la sala que albergó la famosa biblioteca del duque de Calabria.
También se derribaron las bóvedas del sobreclaustro y de las celdas del lado sur.
Fachada recayente a la calle